Hace 23 años que nos acompaña el manifiesto agile y desde entonces la aplicación de esta filosofía de trabajo ha permeado las organizaciones. En este marco, donde la comunicación es protagonista, nos hacía falta una mirada desde la misma comunicación donde la generación de valor sea abordada con la importancia que tiene.
Es así como Mara Villamor y Lucas López, en enero de 2024, nos entregaron una joya con su libro ‘Comunicación Ágil’, producto de su experiencia, experimentación, práctica y trabajo en estas disciplinas.
A Lucas tuve la fortuna de conocerlo por mi participación en la comunidad #DialogusCI y en el marco de uno de los Congresos Iberoamericanos de Comunicación Interna (Concin). Por eso, es mi invitado a esta entrevista donde él, en primera persona, nos habla sobre esta publicación que recomiendo no solo leer, sino poner en práctica.
Ariel Jiménez: Hola Lucas, bienvenido a Función C. Desde tu experiencia ¿Cuál es el mayor valor que le traslada el mundo de la agilidad a la comunicación?
Lucas López: En realidad, me gusta pensar que el aporte es mutuo. No solo la agilidad aporta a la comunicación, si no que la comunicación también aporta al mundo agile.
Para responder tu pregunta, diría que la agilidad ofrece a los comunicadores y comunicadoras la posibilidad de reinventar todo: el qué, el cómo y, sobre todo, el para qué de lo que hacen en el día a día. ¿De qué manera? Inspirando a los comunicadores a mantener siempre el foco en el cliente interno, apuntando todas sus acciones a la suma de valor iterativo e incremental. Esto quiere decir, repitiendo ciclos cortos de mejora continua, fallando pronto, aprendiendo junto al cliente y mejorando la propuesta, así como la coordinación y la colaboración dentro del equipo en cada ciclo.
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Ariel: Lucas, en el libro Mara y vos hablan del triple rol de la comunicación en la transformación ágil, dos temas que tratamos frecuentemente en este blog. ¿De qué se trata esta especie de triángulo de valor?
Lucas: El triángulo plantea como uno de los aspectos más relevantes el “Mejorar la agilidad dentro del Departamento de Comunicaciones”. En este sentido, como nos gusta decir a nosotros: la transformación es como el número 111: empieza por uno, sigue por uno y continúa por uno. Como personas y equipos de comunicación necesitamos hacer una fuerte introspección si queremos mejorar la calidad y el impactode nuestro trabajo en las organizaciones.
Hay un largo camino por recorrer, donde esta es una pata más de la mesa, junto con los otros vértices del triángulo, que son comunicar y potenciar el cambio corporativo hacia la agilidad, así como permitir que otras funciones o unidades de negocio sean más ágiles. Pero insisto, es solo una esquematización que ayuda a repensar y cuestionar de un modo muy simple y directo: qué, cómo y en especial para qué hacemos comunicación en las organizaciones actuales.
Este es solo un ejemplo que busca ilustrar los distintos aspectos que podemos y debemos considerar en esta re-evolución ágil, por llamarla de alguna manera, de la comunicación organizacional. Este triángulo lo tomamos de la Sociedad Académica de Gestión y Comunicación Empresarial (Akademische Gesellschaft) de Alemania. Si bien es solo una esquematización de varias posibles, creemos que todo lo que apunte a pensar y discutir el rol y el propósito de equipos y personas que se dedican a la comunicación en las empresas es bienvenido.
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Ariel: Hace una década aún se buscaba que las áreas de comunicación controlaran, entre comillas muy grandes, “toda la comunicación”. Ahora sabemos que es una utopía y, además, una barrera muy grande. ¿Nos podemos ir despidiendo de esa obsesión por el exceso de control y validación?
Lucas: ¡Totalmente! Sin embargo, veo a muchos colegas que siguen intentando centralizar para “pintar” todo del mismo color que el logo de la empresa.
Contrariamente, nosotros proponemos que sean los propios colaboradores quienes diseñen y faciliten sus procesos de comunicación. La invitación para los y las comunicadores y comunicadoras es a tomar un lugar de “coach” o sherpa, que descentraliza, guía y facilita genuinamente el camino de los integrantes de la organización, acompañándolos para que co-construyan su propia comunicación, en el marco de la cultura que desean fomentar y compartir.
La participación es variopinta y multicolor, por definición. Y claro, si logramos descentralizar la comunicación y volverla más colaborativa, permitiendo que las propias personas diseñen y ejecuten roadmaps ágiles de comunicación, seguramente empezarán a aparecer colores que escapen un poco al “pantone” oficial. Sin embargo, como bien apuntas en tu pregunta, también nos estaremos sacando de encima un peso enorme, al dejar de lado el antiguo rol “fiscalizador” del comunicador (agotador, por cierto), como quien vela casi exclusivamente por la prolijidad y la uniformidad de los contenidos internos de la empresa.
¿Qué estaremos ganando, además de mucha paz interior? Verdadera participación, a lo largo y ancho de la organización. En este sentido, la mejor comunicación es la que hacemos entre todos, no la más linda o espectacular.
Ariel: En Comunicación Ágil ustedes abordan las nuevas competencias para los profesionales de comunicación. De ellas, hay tres que me gustan mucho: el rol de entrenador, de mentor y de coach. ¿Por qué formar y desarrollar a toda la organización como comunicadores?
Lucas: La respuesta bien podría ser ¿y por qué no hacerlo? Un poco por lo que comentaba en la respuesta anterior. Como dice un proverbio africano: “soy porque nosotros somos”. Pero cuidado, que más allá de la cuestión estrictamente ética o moral que hay detrás de la participación y la colaboración, existen motivos estrictamente técnicos: en el mundo complejo, volátil, incierto y caótico en el que vivimos, necesitamos de las ideas de todos y todas para subsistir.
Por ello, ahora decimos que éste es un tiempo propicio para el surgimiento de más anfitriones y menos héroes y heroínas. Por eso también el comunicador necesita reinventarse adquiriendo nuevas competencias que le permitan verse más como anfitrión de la comunicación y ya no tanto como el héroe salvador que quizá nos enseñaron a protagonizar en la universidad.
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Ariel: Lucas, para finalizar, compártenos una recomendación para que los profesionales en comunicación integren a sus prácticas la filosofía ágil y cuéntanos cómo acceder al libro.
Lucas: Mi recomendación sería que no se vuelvan locos y locas, pero que recuerden que la única forma de demostrar el movimiento es andando. Con lo cual, échense a andar, pongan pie detrás de pie, para empezar el camino ágil. Y recuerden que para hacer comunicación ágil (interna o externa) se necesita estudio, disciplina, entrenamiento y mucha, pero mucha práctica.
La experimentación y los fracasos nos harán aprender e ir mejorando, poco a poco. Paralelamente desarrollaremos nuestra destreza con tres ingredientes fundamentales: paciencia, apertura y humildad.
Siempre con humildad, vaciando la propia taza para poder decir “no sé”, lo voy a estudiar para probarlo en la práctica y así aprender, tanto yo como con mi equipo.
Por último, el libro Comunicación Ágil se puede conseguir así (haz clic en el sitio):
En digital: Amazon y Google books. Y en papel en: Mercado Libre Argentina, Busca Libre Colombia, Busca Libre Perú, Busca Libre Chile y Busca Libre México.
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