Jeff Bezos es un reconocido defensor de la calidad del sueño, hace unos años dijo que “ocho horas de sueño hacen una gran diferencia para mí, y me esfuerzo por hacer de eso una prioridad. Para mí, esa es la cantidad necesaria para sentirme energizado y emocionado». 

Pero esto no es lo común en el mundo organizacional. El descanso y el buen dormir están “mal vistos”, el “yo solo duermo 3 horas” se convierte en el ejemplo a seguir y el café y el dulce, más que un placer, es un arma en contra del agotamiento. 

El cuidado del sueño y del descanso son claves para la productividad y bienestar en las organizaciones.

Hace unos días conversé con Carolina Gamboa de Ghiretti, consultora experta en sueño, mindfulness e inteligencia emocional; y me acercó a este tema. Esa charla me hizo recordar cómo en el fútbol y el deporte, el descanso puede ser más importante que el entrenamiento mismo, por lo físico y lo mental. Esta realidad también aplica para nuestras organizaciones. 

A raíz de ese encuentro, Carolina me concedió esta entrevista donde exploramos algunos retos relacionados con la línea temática de este blog: la cultura de descanso y sueño dentro de las organizaciones, el reto de transformar esa cultura y el papel de la comunicación interna ante este panorama. 

El cuidado del sueño y del descanso son claves para la productividad y bienestar en las organizaciones.

Al final de la entrevista, como una cortesía de Carolina, te voy a compartir la guía ‘La voz del sueño’, que es una herramienta para que líderes de comunicación organizacional puedan promover una cultura del buen dormir dentro de sus organizaciones. 

Ariel Jiménez: Hola Carolina, para empezar, cuéntanos cómo unas buenas rutinas de sueño pueden impulsar el rendimiento, no solo de las personas, sino de los equipos en las organizaciones

Carolina Gamboa: Las rutinas de sueño no solo optimizan el descanso individual, sino que son un factor clave en el rendimiento colectivo dentro de las organizaciones.

El motivo es principalmente neurológico: cuando el cerebro sabe a qué hora dormirá y despertará, se anticipa activando procesos químicos y neuronales que facilitan un descanso profundo y reparador. Como resultado, la mente y el cuerpo recuperan su capacidad cognitiva, emocional y física para rendir al máximo.

Por el contrario, la falta de una rutina predecible genera un sueño de baja calidad y/o insuficiente, afectando la concentración, la comunicación, la toma de decisiones y la capacidad de colaboración. Equipos privados de buen descanso tienden al multitasking improductivo, la distracción constante y la reducción del desempeño general.

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Expertos en sueño, como el Dr. Matt Walker, destacan que establecer una hora fija para dormir y despertar es una de las estrategias más efectivas para mejorar la calidad del descanso y en mi experiencia con más de 1000 profesionales entrenados en recuperar su sueño natural, el verdadero «game changer» es precisamente la rutina. Pero adoptarla requiere algo más que intención: es necesario salir del piloto automático en el que vivimos y tomar conciencia de nuestros hábitos nocturnos.

AJ: Y entonces, Carolina ¿Qué debemos tener en cuenta para mejorar nuestro bienestar y rendimiento a partir de las horas de sueño?

CG: Lo primero es comprender que el cerebro y el cuerpo no se «apagan» al dormir. Por el contrario, entran en una fase de intensa actividad reparadora, procesando información, consolidando la memoria, regulando las emociones y restaurando la energía necesaria para el día siguiente.

Cuando sacrificamos horas de sueño por trabajo, redes sociales u otras actividades, el impacto es inmediato: nos sentimos agotados, percibimos los retos con mayor dificultad y nuestra toma de decisiones se ve comprometida.

El cuidado del sueño y del descanso son claves para la productividad y bienestar en las organizaciones.

Dormir menos de las 7 horas mínimas recomendadas para un adulto puede aumentar hasta en un 300% la probabilidad de cometer errores, dependiendo de la frecuencia y la magnitud de la privación del sueño. Además, cuando no descansamos lo suficiente, nuestra mente entra en «modo alerta», enfocándose en distracciones y temas urgentes en lugar de lo verdaderamente importante, lo que afecta nuestra productividad y claridad mental.

Priorizar el sueño no es un lujo, sino una estrategia esencial para rendir mejor, pensar con claridad y sentirnos en equilibrio.

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AJ: Probablemente en estos años estamos hablando un poco más de salud mental en las organizaciones ¿Cómo se relaciona la salud mental con el sueño?

CG: La relación entre sueño y salud mental es directa y cada vez hay más estudios que lo confirman. Durante la noche, atravesamos ciclos de sueño de aproximadamente 90 minutos, en los que el cerebro alterna entre diferentes fases. En la fase de sueño profundo (fase 3), se consolidan la memoria y el aprendizaje, mientras que en la fase REM (fase 4), el cerebro procesa información emocional.

Un sueño saludable significa que, del total de horas dormidas, al menos un 25% se dedica al sueño profundo y otro 25% al sueño REM. La ciencia ha demostrado que cuando estas fases se acortan o deterioran, aumentan los problemas de salud mental, como ansiedad, estrés y depresión.

Pero la relación es bidireccional: los trastornos de salud mental también afectan la cantidad y calidad del sueño, generando un círculo vicioso donde el mal descanso agrava el malestar emocional, y este, a su vez, deteriora aún más el sueño.

En el entorno organizacional, entender esta conexión es clave para impulsar estrategias de bienestar que realmente marquen la diferencia, ayudando a las personas a optimizar su descanso y, con ello, su salud mental y rendimiento.

AJ: En una cultura laboral donde la siesta ha desaparecido y hablar de descansar a veces es “mal visto” ¿Cómo podemos hablar de dormir bien en un entorno empresarial?

CG: Dormir bien es tan esencial como alimentarse correctamente o hacer ejercicio. En los últimos años, muchas empresas han impulsado iniciativas para mejorar la alimentación, el estado físico y la salud mental de sus colaboradores, pero el sueño sigue siendo un tema poco abordado, a pesar de que pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo.

Para introducir la conversación sobre el sueño en el entorno empresarial, el primer paso es generar conciencia. Muchas personas y organizaciones tienen un «punto ciego» respecto al sueño, viéndolo como un asunto individual y privado, cuando en realidad es un factor clave en la productividad, la toma de decisiones y la seguridad laboral. La privación del sueño puede derivar en errores críticos e incluso situaciones de riesgo.

Una forma efectiva de romper este tabú es a través de conferencias, talleres y actividades que visibilicen la importancia del descanso. Una vez creado este «awareness», el siguiente paso es medir la prevalencia de los problemas de sueño en la organización y evaluar su impacto en el rendimiento, el bienestar y la satisfacción de los colaboradores.

El cuidado del sueño y del descanso son claves para la productividad y bienestar en las organizaciones.

El sueño no es una responsabilidad individual aislada; es un pilar fundamental del desempeño organizacional. Empresas que lo entienden y lo integran en sus estrategias de bienestar no solo cuidan a sus equipos, sino que también potencian su competitividad.

AJ: Para finalizar, ¿Cómo se puede promover, desde las áreas de comunicación interna, mejores prácticas de descanso y sueño o al menos abrir espacio para conversar sobre estos temas?

CG: Las áreas de comunicación interna juegan un papel clave en abrir la conversación sobre el sueño y promover mejores prácticas de descanso en las organizaciones. Su poder radica en conectar el buen dormir con los valores, la cultura y los comportamientos deseados dentro de la empresa.

Para hacerlo, pueden apoyarse en datos científicos que demuestran cómo el sueño impacta directamente en la productividad, la creatividad, la toma de decisiones y la empatía, habilidades esenciales para el trabajo en equipo y la atención al cliente.

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Otra estrategia efectiva es visibilizar historias inspiradoras de colaboradores que priorizan su descanso y han logrado mejorar su desempeño gracias a ello. Mostrar ejemplos reales dentro de la organización ayuda a desmitificar el descanso como una señal de debilidad y a posicionarlo como un hábito clave para el éxito.

El cuidado del sueño y del descanso son claves para la productividad y bienestar en las organizaciones.

Además, el sueño tiene un impacto directo en la satisfacción y el “engagement” laboral. Se ha demostrado que quienes duermen bien se sienten más motivados, colaboran mejor y experimentan menor sensación de sobrecarga. Por eso, incluir el descanso como un tema estratégico en la comunicación interna no solo mejora el bienestar de los colaboradores, sino que también potencia el impacto de las iniciativas organizacionales.

Guía ‘La voz del sueño’

Esta guía práctica brinda algunas ideas básicas para iniciar o fortalecer, en tu organización, una cultura del buen dormir, donde el descanso sea clave para que las personas impulsen su productividad, salud, talento y desarrollo. 

Para descargar la guía, haz clic aquí

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Espero que esta entrada te sea muy útil. Para ver otros artículos, puedes visitar mi blog Función C; Comunicación, Cambio y Cultura, haciendo clic aquí.